Compré uno para medir la temperatura de un horno de leña. Inmediatamente me di cuenta de que era inútil.
Para poder hornear en esos hornos, debes tener suficiente temperatura en los ladrillos, no sólo en su superficie. Usando la terminología: Tienen que estar empapados. Por suerte, había construido el horno con muchos sensores entre ellos.
Pero hay un plato que necesita mucha temperatura en la superficie del horno: la pizza. Por desgracia, mi termómetro I.R. sólo podía leer hasta 325ºC (más o menos) (600 ºF). Eso no era suficiente para la pizza.
Así que compré un nuevo y “caro” termómetro de infrarrojos que lee hasta 900ºC (1650 ºF). Ahora sé que las pizzas más grandes se hacen entre 400ºC y 450ºC. (750~850 ºF))