Remojar el pescado cubierto en agua con sal y azúcar durante 10-30 minutos. Alrededor de
cucharadas de sal y la misma cantidad de azúcar si se utiliza una taza de agua.
Tras el remojo, enjuaga el pescado y frótalo con la misma cantidad de sal y azúcar (como un aliño seco). Si quieres, puedes añadir también un poco de pimienta negra.
Deja el pescado en un bol hasta que empiece a salir aceite del pescado (30-60 minutos). Vierte el aceite y déjalo reposar un poco más. Sigue esperando y vertiendo el aceite hasta que la mayor parte del aceite haya salido del pescado.
La cantidad de aceite que se extrae del pescado depende del tiempo que se quiera seguir vertiendo el aceite. Una o dos horas es suficiente para el salmón. En el caso de los mariscos más pesados, puede tardar toda la noche en la nevera.
Después de extraer el aceite, aclara muy bien el pescado. Después, cocínalo o ahúmalo.