Lo primero es lo primero, para mantener la comida caliente hay que tener en cuenta dos factores: la masa térmica y la conducción del calor.
La masa térmica es la cantidad de calor que puede retener la comida o su olla. Generalmente, las ollas más pesadas (de hierro fundido o arcilla) estarán calientes durante más tiempo que las de paredes finas de acero o aluminio.
Regla empírica: cuanto más pesada sea la olla, mejor será su retención de calor. ¡Traer más comida también ayuda!
La conducción del calor es lo bien que un material deja pasar el calor a través de él. Los metales y el agua desprenden calor muy fácilmente, y no son buenos para el aislamiento. Las telas gruesas, la lana, el algodón o simplemente las capas de aire entre las hojas de periódico son buenas para mantener el calor.
Regla empírica: si te mantiene caliente en el invierno, puede mantener caliente tu comida. Mi favorito es envolver la olla en una manta de lana. ¡Asegúrate de que la manta no se engrase!