En mi experiencia, la diferencia entre varias sales tiene poco que ver con el sabor, una vez que se ha pasado de la sal de mesa yodada y la sal kosher a granel, y suponiendo que no estamos hablando de sales que se aromatizan con adiciones como hierbas o humo durante el procesamiento.
Así que limitando la discusión a las sales de acabado naturales y de alta calidad, las diferencias son principalmente la textura y el color. Algunas sales, como Maldon, son escamosas, mientras que otras son grandes pirámides o cubos, y otras tienden a un tamaño de grano pequeño y se aferran a un poco de humedad. Cada una de estas texturas puede aportar algo especial a un plato terminado. Por ejemplo, el Maldon escamoso añade un delicioso crujido, mientras que otra sal puede adherirse mejor a una patata frita.
El color, como la sal rosa que mencionas, se utiliza más o menos para el interés visual. Y no hay nada malo en ello. Simplemente guárdelo para un plato donde se note. Por ejemplo, esos granos rosados se verían increíbles en una trufa de chocolate, o en un sabroso merengue.
Si alguien piensa que puede realmente gustar la diferencia entre las sales de acabado sin sabor, lo desafiaría a hacer una prueba de triángulo con esas sales disueltas en agua (en cantidades iguales por peso) para que la textura y el color no confundan el asunto.