El reposo de la carne, contrariamente a muchas de las respuestas aquí, no tiene nada que ver con dejar que se enfríe a una temperatura más agradable antes de disfrutarla. Esto puede ocurrir un poco durante el proceso, pero de ninguna manera existe como base para emplear el método de (carpa y) reposo. Simplemente, como el propio término indica, el “reposo” permite que la carne se relaje. Al hacerlo, sus jugos se reabsorben uniformemente por toda la carne. A medida que la carne se cocina, sus jugos se dirigen hacia el centro de la pieza. Si se corta la carne, por ejemplo un filete, inmediatamente después de la cocción, se pierde el potencial de jugosidad, ya que la mayoría de estos jugos se escapan y se acumulan en el plato. Sin embargo, cuando la carne se relaja mientras descansa, los jugos se reabsorben por toda la carne, de modo que se pueden saborear en cada uno de los bocados. Le sugiero que investigue un poco, quizá en Internet, para familiarizarse con la técnica y los pasos que hay que seguir. Es relativamente sencillo, pero hay algunas cosas que hay que tener en cuenta. Es importante que la carne se mantenga en una tienda de campaña durante el reposo, de manera que se permita la circulación de aire y se evite la condensación en la carne. También habrá una cierta cantidad de cocción de arrastre que tendrá lugar después de retirar la carne de la fuente de calor, ya que el calor residual sigue irradiando a través de ella. En promedio, dependiendo de su tamaño, la carne puede cocinarse entre 3° y 15° más. Por lo tanto, es importante retirar la carne del horno, la estufa, la barbacoa, etc., antes de la temperatura deseada para evitar la sobrecocción. En definitiva, como en la mayoría de las cosas, un poco de educación y experiencia práctica son los ingredientes clave para conseguir el plato perfecto.