Hay una cuestión de seguridad alimentaria en juego que quizás no conozca. La USDA recomienda que los alimentos no se expongan a la “zona de peligro” de 40-140 F durante más de cuatro horas. Puede que sus costillas tarden más en alcanzar la temperatura.
La barbacoa tradicional mitiga este problema exponiendo la carne al humo, lo que tiene un efecto conservante.
Otro método que he usado a veces es empezar las costillas en la parrilla, y terminarlas en el horno. Esto permite que la carne se acerque más a la temperatura rápidamente, sin tener que mantener la temperatura por un período de tiempo prolongado.
Si se establece en el enfoque que ha descrito, recomendaría mínimamente conseguir que el agua esté bien caliente antes de ir al horno. El vapor actuará como calor conductor, haciendo que las costillas se calienten mucho más rápido.